Ja fa tres mesos que la Carme Boné, FMA, ens va deixar. Publiquem al Pren-te Temps la semblança que la seva germana de comunitat Carmen Buera va preparar per al funeral, i que se'ns havia quedat al tinter. Recordem la Carme amb aquest text.
Semblanza de Carme Boné
Carme nos ha dejado sin que nadie lo esperáramos, silenciosamente, como era ella.........
Nació en Barcelona el 22 de julio del 1928. Es la mayor de tres hermanos, dos chicas y un chico que era el pequeño, ya fallecido. Ella dice: Nací en una escuela. Mi madre era maestra y tenía una escuelita. Creo que esta circunstancia me marcó, era una persona muy piadosa, paciente, amable y muy querida en el barrio. Su padre era ebanista, de él aprendió el amor por lo bello, por lo perfecto y el valor de los detalles.
Cuando estaba trabajando en "Amics del Catecisme" se encontró con un grupo de jóvenes que frecuentaban el oratorio de Sepúlveda. Se unió a ellas y allí descubrió a las salesianas, las conoció poco a poco y de la misma manera que otras del grupo, decidió entrar en la congregación. Era el año 1953. Tenía 25 años de edad.
Su amor por la música la ha acompañado toda su vida. Desde pequeña se inició en su estudio y cuando comenzó el periodo de formación como salesiana lo retomó hasta convertirse en maestra de música, asignatura que impartió durante muchos años en varios colegios. Era entusiasta del teatro, la danza, actividades con las que completaba su labor educativa. También estudió magisterio y era maestra de catalán.
Hizo su primera profesión en 1955 y empezó su andadura como salesiana en Barcelona Sarriá. Desde entonces, Elche de la Sierra, Sabadell, Zaragoza M.A, Sant Andreu, Huérfanas de Ferroviarios, Sepúlveda, Valencia, Escuela Profesional de Montbau, y Terrassa han sido los lugares donde ha desarrollado su labor educativa. Manifestaba: "Fueron años felices al vivir impartiendo clases especialmente de E.G.B y Formación Profesional".
Carme era una mujer viva, despierta, inquieta, siempre dispuesta a aprender. Le gustaban las cosas bien presentadas, los detalles pequeños que dan valor. Le gustaba mantener la relación con sus amistades, tener siempre entre manos algo para hacer.
Mujer de fe, ya desvinculada de las tareas escolares, cuidaba y cultivaba con más intensidad su vida interior, frecuentaba las "Benetes" de la calle Anglí porque amaba la liturgia y encontrabaen el silencio la paz que le ayudaba a descubrirse a sí misma, a conocer sus límites y aceptarlos hasta poder expresar, "reconozco mis errores, pero también los agradezco porque me han hecho ver las cosas de otra manera y me han ayudado a madurar. Me sabe mal por los que los habéis tenido que sufrir. Ahora tengo tiempo para encontrarme en el silencio, para interiorizar y esto me ayuda a ir limando lo que antes era inconsciente para mi."
Se sentía muy responsable de las tareas que se le encomendaban, se interesaba por las cosas del Instituto, por lo que ocurría en la comunidad, pendiente de los que venían a casa para reuniones, encuentros... quería que se sintieran en casa, preparaba la mesa con esmero y los acogía con afabilidad y cordialidad interesándose por ellos. Gustaba de participar en encuentros que le mantuvieran en relación con los demás y le enriquecieran personalmente, colaborar con otras entidades como VOLS, catequesis en Capuchinos. Participaba en actividades del centro cívico y de la escuela de adultos del barrio de Sarriá.
Su deseo de sentirse libre la hacía gozar de la naturaleza, de las cosas pequeñas, de los momentos de fiesta, del calor de la familia, de la música que acompañaba sus momentos de oración.
Hace unos meses Carme escribía: "Han pasado los años, ahora mi vida transcurre realizando algún servicio a la comunidad. Dispongo de mas tiempo y lo dedico a poner mas esfuerzo en mis prácticas de piedad, lecturas, trabajos manuales y cultivando el silencio".
El deterioro de su salud, la experiencia de sentir que cada vez necesitaba mas ayuda de los demás, el temor a perder su libertad y autonomía la tenía preocupada y nos pedía que tuviéramos paciencia, que necesitaba tiempo para aceptarlo y aprender a vivir esta nueva etapa.
Hace sólo 14 días, el 24 de octubre, Carme sufría un infarto severo de miocardio. La rapidez de la asistencia médica hizo que se pudiera intervenir con el tiempo necesario para que pudiera superarlo. El día 4 de noviembre volvía feliz a casa convaleciente pero con ganas de ir recuperando una vida normal, haciendo proceso de aceptación de los nuevos límites que esta situación le comportaba.
Consciente de su débil salud, tenía ganas de vivir y con gratitud por todos los cuidados recibidos, ya planeaba como ir recuperando la música, la costura, VOLS, su familia, la eucaristía en la parroquia, los paseos por el barrio y el encuentro con tantas personas...
Pero Dios tenía otros planes para ella y, dormida, sin darse cuenta, se la llevó consigo para llenarla de su amor y su ternura. Ahora descansa en paz y seguro que ya goza de la plenitud de la Vida.
Hoy despedimos a Carme dando gracias a Dios por su vida, seguros de que el gozo y la paz de la Vida Nueva en Dios, son ya una realidad para ella.
Descansa en paz Carme e intercede por tu familia y por todas nosotras junto a tu Auxiliadora que tanto amabas.
Carmen Buera, FMA